En 1942 los nazis exigieron las bicicletas a los ciudadanos de Ámsterdam para que fuesen empleadas por sus soldados, advirtiendo de los posibles castigos a los que se negaran a colaborar. Tres años después huyeron en desbandada con las bicis. Los holandeses no han olvidado todavía este desfalco, y en la final de la Eurocopa de fútbol de 1988 que enfrentaba a las selecciones de Holanda y Alemania, la afición holandesa cantó en más de una ocasión "¡devolvednos nuestras bicicletas!".
Hoy en día, las conquistas del mercado son más efectivas que los fusiles, en esta fotografía, se simula haber recorrido el camino contrario...
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